En Celler Sabaté, la cosecha 2022 nos dejó mucho más que un buen año vitivinícola: en ese año nacieron dos más en la familia y también dos vinos muy especiales, nacidos de la pasión, la historia… y un poco de casualidad.
dos vinos muy especiales, elaborados con cariñena y criados en tinajas de barro.
El primero, al que nombramos “Plantadeta 1909”, es un homenaje a nuestras raíces. Está elaborado exclusivamente con uvas de las cariñenas más viejas de la finca, plantadas en el año 1909 por mi bisabuelo. Para este vino quisimos hacer algo especial: mandamos fabricar una tinaja de barro expresamente para este vino, buscando una crianza que respetara la esencia de la fruta y aportara la textura de la cariñena sin interferencias. El resultado es un vino profundo, austero y elegante, que habla del carácter del suelo y del paso del tiempo.
Un vino que sólo elaboraremos en las mejores cosechas y cuando desde la bodega consideramos que están óptimas para mostrar su potencial, en la primera añada tan sólo 186 botellas de este vino magnífico: Plantadeta 1909 Vino de Paraje
El segundo vino nació casi por azar al adquirir una segunda ánfora de barro de 500l. Por el momento sin un destino definido, y con la garnacha ya en barricas, decidimos llenarla también con cariñena de viñedo viejo.
Terminó siendo una grata sorpresa: un vino vibrante, expresivo y muy puro, que revela otra cara de la variedad, más fresca y espontánea.
Ambos vinos comparten la misma filosofía: mínima intervención, respeto absoluto por la materia prima y el deseo de embotellar la autenticidad del Priorat con cada cosecha.


